Hace mucho tiempo lei este libro como parte de las tareas asignadas en el curso de Español. Lloré al final, al igual que todas mis amigas, y prometimos no caer en los mismos errores de las personas retratadas en este libro: El SIDA es una enfermedad, no un motivo de discriminación u odio. Me gustó la narración, el tema, y los personajes, por lo que lo recomiendo como un buen libro juvenil.